
Mi aproximación a la inversión tiene como objetivo llegar a ser el equivalente de lo que en medicina se considera un paciente informado o participativo. Es decir, llegar a ser un inversor informado, cuyo conocimiento y experiencia personales le permite encontrar fuentes y opiniones de confianza, valorar sus propuestas y tomar decisiones de inversión bajo su propia responsabilidad.
Suponiendo que yo sea un inversor informado, voy a intentar explicar cómo realizo mis inversiones en bolsa, empezando por como no lo hago. Veamos.
Existen muchos libros, cursos y webs que pretenden enseñar a analizar empresas para poder decidir si es una buena opción invertir en ellas. Hay dos formas de evaluar una acción.
- El análisis fundamental estudia toda la información disponible en el mercado sobre una determinada compañía, con la finalidad de obtener el valor verdadero de sus acciones.
- El análisis técnico estudia el comportamiento pasado de una acción para predecir su comportamiento futuro.
Para realizar un análisis fundamental, hay que aprender a leer los principales estados financieros: el balance general, la cuenta de resultados, y el estado de flujo de efectivo y hay que conocer cuáles son las ratios financieras más importantes y cómo utilizarlos para identificar si una acción está infravalorada o sobrevalorada. Por ejemplo, el flujo de caja por acción, la ratio corriente, la rentabilidad de los dividendos, el beneficio por acción (BPA), el margen de beneficio neto, la ratio precio-valor contable, la relación Precio/Beneficio (P/E o Múltiple), la relación precio/ventas (P/S o PSR), la ratio precio/flujo de caja (P/CF), la rentabilidad de los fondos propios (ROE)… Con todo ello podemos estimar el valor verdadero de una acción según los fundamentos de la empresa. Pero esto no es suficiente, hay que conocer datos sobre el mercado en el que se mueve la empresa, el contexto político que la puede afectar, y cantidad de otros datos imprescindibles para tomar la decisión correcta.
Para realizar un análisis técnico, hay que utilizar otras ratios como la media móvil simple (SMA), la divergencia (MACD) de convergencia de medias móviles, el índice de Fuerza Relativa (RSI), la fuerza relativa del precio, el volumen, los soportes y resistencias, las velas japonesas…
En ambos casos, el objetivo es llegar a ser capaz de tomar nuestras propias decisiones de inversión. Sin depender de recomendaciones de otras personas.
¿Suena complicado? ¿Imposible? ¿Podemos llegar a fiarnos de nosotros mismos? Vamos a ver… Sí, no, mmm … Suena complicado, no es imposible aprender análisis fundamental y técnico, pero yo no estoy seguro de llegar a fiarme de mí mismo para tomar decisiones adecuadas.
Como inversor informado, no tengo como objetivo ser capaz de tomar mis propias decisiones de inversión, sin depender de recomendaciones de otras personas. Lo que quiero es encontrar otras personas que realicen los análisis fundamentales y técnicos pertinentes y me asesoren de forma comprensible para mí. Lo que yo quiero es estar capacitado para entender sus informes y tomar mis propias decisiones a partir de ellos.
Con los años, he aprendido a confiar en unos cuantos asesores, no muchos. La ventaja es que, escogiendo entre sus recomendaciones de compra, es muy difícil que me equivoque. Puedo no escoger la mejor opción, pero difícilmente será una decisión incorrecta.
En resumen, mi estrategia se basa en los siguientes puntos:
- Encontrar analistas/asesores que me merezcan confianza en el ámbito de la inversión en dividendos y la inversión de futuro.
- Leer atentamente sus informes y recomendaciones. Completarlos con otras noticias, comentarios y análisis a los que pueda acceder.
- Escoger las acciones a comprar, en función de mis posibilidades económicas.
- Hacer un seguimiento contable de la evolución de la cartera.
- Volver continuamente sobre los pasos anteriores.