El Diario publica hoy un artículo de Raúl Sánchez, Victòria Oliveres y Ana Ordaz con el título “El mapa de la desigualdad de renta por código postal: 200.000 euros separan al barrio más rico del más pobre” que me hace llegar a un conclusión interesante, aunque no estoy seguro que coincida con la que el tono del propio artículo sugiere. Veamos los extractos que más me interesan:
Más de 200.000 euros anuales separan los ingresos de los residentes de la lujosa urbanización de La Moraleja (Alcobendas), el barrio más rico de España, de las rentas de cada vecino del barrio de Carrús (Elche), el más pobre del país, según los nuevos datos de la declaraciones de IRPF en 2019 por código postal publicados por la Agencia Tributaria.
Una desigualdad que se repite en prácticamente todas las urbes españolas. La brecha por códigos postales dibuja un mapa en cada urbe que en ocasiones va de norte a sur (Madrid), centro frente a periferia (Valencia) o de este a oeste (Gijón).
Precisamente, el origen de los ingresos explica gran parte de esta diferencia de renta entre los códigos postales de las grandes ciudades. El barrio Salamanca, en Madrid, es el segundo más rico de España con más de 130.000 euros por persona. Solo un tercio de estos ingresos provienen de las rentas del trabajo: salarios, pensiones o prestaciones por desempleo.
Los vecinos del barrio más rico de España deben el 57% de sus ingresos anuales al capital financiero, los bienes inmuebles, los rendimientos por sus empresas y las ganancias patrimoniales. ¿Casualidad? Los datos de renta media de los barrios más ricos señalan que a mayor renta, mayor proporción de ingresos provenientes del capital.
(cursivas mías)
Como nadie puede trabajar más de 24 horas al día, los más ricos (y ricas) no pueden serlo porque trabajen más horas que el resto de los mortales. Pueden serlo porque cobran salarios astronómicos (que algunos hay) o porque a mayor renta, mayor proporción de ingresos provenientes del capital como dicen los autores.
No estoy seguro de la conclusión que quieren sacar los autores del artículo de los datos que aportan, pero expresiones como “La brecha en el origen de las rentas entre códigos postales ricos y pobres” o “Los barrios más ricos se enriquecieron el triple que los más pobres durante la recuperación” sugieren que eso está mal, que otra vez los más ricos se aprovechan de la crisis y que los más pobres vuelven a ser los más perjudicados. Me disculpo de antemano si esta interpretación es errónea.
De lo que estoy seguro es de mi interpretación: el trabajo va a ser cada vez menos la fuente de ingresos suficientes para poder llevar una vida digna acorde con nuestros deseos y preferencias… y de mi conclusión:
Hay que promover y facilitar la inversión en capital de toda la población, por ejemplo, como dice Juan Ramon Rallo, mediante una supercuenta de ahorro personal, mediante la educación financiera, mediante ventajas fiscales a los dividendos o muchas otras medidas que se han propuesto o se pueden imaginar. Lo que no se debe, en mi opinión, es demonizar los ingresos provenientes de las rentas de capital en favor de los salarios o los subsidios del estado. Estos no van a ser ya nunca suficientes para la mayoría de la población.